Pensar que los sentimientos son un acto pasivo del hombre, es totalmente incierto. El control de éstos por parte del hombre es completamente posible, y de ahí su definición como una acción activa. El aburrimiento, el enfado, la alegría y la tristeza en la mayoría de los casos son domables aunque no dóciles. Y la mejor arma para acompañarlos es el humor.
Crónicas de Kriptonita (VIII).
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