14 de octubre de 2012

Hora de la muerte: Las diez y diez.

     Continua la rutina con la ira de un hombre dañado por dentro y dañante por fuera, que alterado por la nimiez más inoportuna, alza, como escape de su furia, el filo de un cuchillo viéndose en su reflejo el rostro de una mujer que tiene apagada el alma. Y todo se tiñe de rojo y es imposible evitarlo, en ese instante Ella muere; A las diez y diez.
   
     Ni si quiera sus ojos tienen ya la capacidad de humedecerse. Ni si quiera siente el dolor. Ni si quiera su estómago tiene fuerzas para rugir. Ni si quiera piensa en cuándo llegará, porque su instinto dice que no lo va a hacer. Ni si quiera su mente ya, sueña con la gota o con la miga. El mundo formado por millones de personas que ni si quiera conoce, han decidido su presente y su futuro, sin sentido y sin justicia. Y en ese momento, en el que, como tantas otras veces, ni el bocado ni el trago han llegado a su boca, Ella muere; A las diez y diez.

     Una bala atraviesa la calle que ha hecho cada día de su vida, de su pueblo y de su hogar. Su gente se ha convertido en "los otros", sus vecinos en enemigos y parte de los que formaban un "nosotros" hace tiempo que son "ellos". La seguridad desapareció, la tranquilidad se rompió... Han nacido banderas y símbolos que separan lo que antes era una unión. Y ve la bala acercarse, de un hombre verde y armado. Y entonces Ella muere. A las diez y diez.
   
     Y la mujer vivió; y el hambriento comió; y la bala falló... Pero a las diez y diez la Esperanza murió. Ella ha muerto y muere tantas veces...

8 de noviembre de 2011

Crisis

El colmo del humor negro, es la realidad. Sus tintes de sátira, de confusión y de crueldad dejan al final entrever sinsentidos tan sorprendentes como que lo que da vida a la vida (valga la redundancia) es la muerte, o que lo tradicionalmente conocido como antivalores sea en realidad, y desgraciadamente, lo que de valor a nuestro mundo. Pero, sin duda, o con ella, no importa, la realidad cuando más bastarda es, es en cuanto al hombre se refiere. Y es que hay que ver, que el ser humano, siendo su nota caracterísitca la inteligencia, cuanto más evoluciona, menos humano queda...

14 de mayo de 2011

Autóctonos.

Aunque tú no lo sepas, Por verte sonreír me podría Romper.
Algo me aleja de tí, Como el viento -cruel, indiferente y callado- aleja a Los pájaros de Portugal del Faro de Lisboa. Como La marea arrastra hasta La playa todas esas Perlas ensangrentadas, pero el Salitre se aferra a ellas, Abrazado a la tristeza. Ésta noche La sal se esconde en el Rompeolas Hasta que se acostumbre a la oscuridad.
¿Cómo hablar de Un día en el mundo si estoy Llamando a tierra con La luna debajo del brazo?
Nos sobran los motivos para el Odio, Y sin embargo, El sitio de mi recreo sigue Contigo. Se convierte en una Lucha de gigantes...
Vete con cuidado, se Valiente y cuando vuelvan a estar nuestras Vidas Cruzadas, ya no habrá Miedo, ni Furia Paranoica.

1 de abril de 2011

El recuerdo

La noche es propicia para los pensamientos extraños. Son su debilidad. Fortalecen su estima por el misterio. Mientras contempla una película de los cuarenta en el televisor con el sonido estrangulado por interferencias (le parece reconocer a una jovencísima Jean Simmons arrastrando al abismo a Robert Mitchum) se pregunta si no existirá en una dimensión desconocida un país habitado por seres humanos que son los recuerdos de quienes viven en el mundo real. Él mismo sería un habitante más, un recuerdo en la memoria de quienes le conocieron o creyeron conocerle, y, por lo tanto, atrapado en el tiempo que otros le conceden. Como espectros de una vieja película cuyos actores ya han muerto todos pero viven cada vez que alguien aprieta una tecla. Se pregunta quién haría de él un hermoso recuerdo al que volver cuando las cosas se tuercen y se hace imprescindible respirar el mismo aire que una vez nos hizo felices, aunque no fuéramos conscientes de ello. También se pregunta quién le tendría apartado como un mal recuerdo al que esquivar para no remover las arenas movedizas donde, si caes en ellas, eres engullido por una amargura siempre hambrienta. Y él mismo podría dedicarse a pasear por esos paisajes tan familiares y al mismo tiempo tan desconocidos, buscar en ellos las mejores sonrisas, las pieles más cálidas, las lealtades menos vulnerables, los compromisos permanentes. Lo bueno de ser un recuerdo, sobre todo si te pilla en tus mejores años, es que nunca envejecerás y permanecerás siempre con los rasgos inalterables mientras haya vida al otro lado de la pecera. Lo malo es que te sentirás observado y, lo que es peor, guiado y dirigido por quien tiene el poder de decidir sobre tus palabras y hechos, manipulando a su conveniencia lo que realmente ocurrió para embellecerlo o mancillarlo. Tal vez en este mismo momento haya alguien al acecho de lo que fuiste y siempre serás en su memoria. Tal vez te obligue a pronunciar palabras que suenan en su interior con tanta intensidad que ahoguen las súplicas de la verdad. Tal vez te recuerde como nunca fuiste.

Tino Pertierra

30 de marzo de 2011

Diario de una calle.

Me cantan al oído acordes de pisadas, y canciones de lágrimas y carcajadas. Cigarrillos en el suelo, vencidos por la gravedad; colillas, colillas...
Mil y una historias, mil y dos cada segundo. Lluvia, luces y velocidad; todo va tan rápido. Mis esquinas guardan secretos que ni el viento ha descubierto aún... ¿Qué viento? Si aún no ha llegado, sólo la luz, si hay luz.
Escaleras, callejones que me rodean y da igual, vivo a contrarreloj con el ritmo de la ciudad. Sólo una, de tantas y hay tanto que contar. Me muevo, me mueven, bajo los pies y aún así sin moverme...tanto recorrido. Vida, sabor y libertad. Y la noche, indiferente que me hace estar tan fría... Si volviesen esos que me recorren todos los días, pero que no me conocen. Si me conociesen... si me conociesen... si lo hiciesen...
Crónicas de Kriptonita (X)

29 de marzo de 2011

Los lunes.

El trastorno paranoide se define por un pensamiento en el que el sujeto entiende que el mundo se confabula en su contra. Si bien no se manifiesta de forma excesiva, podemos hablar de tan solo un tipo de pensamiento. Y llevándolo al terreno de los equilibrados mentales (escasos pero existentes, espero) me atrevería a afirmar que siempre existen días de absoluta paranoia anímicamente hablando, en lugar de mentalmente.

Crónicas de Kriptonita (IX)

24 de marzo de 2011

Mentiras piadosas.

Pensar que los sentimientos son un acto pasivo del hombre, es totalmente incierto. El control de éstos por parte del hombre es completamente posible, y de ahí su definición como una acción activa. El aburrimiento, el enfado, la alegría y la tristeza en la mayoría de los casos son domables aunque no dóciles. Y la mejor arma para acompañarlos es el humor.

Crónicas de Kriptonita (VIII).